Las 5 mejores heladerías de Buenos Aires: Una ruta helada

¿Las 5 mejores heladerías de Buenos Aires? ¿No es la capital argentina famosa por el tango, la carne y el vino? Claro que sí, pero no solo por eso… también es conocida por sus deliciosos helados, un verdadero patrimonio cultural y gastronómico del país.

Hoy, voy a compartir contigo un poco de la historia de este placer helado, tan amado por los porteños y por esta brasileña que les escribe, y decretar (según yo misma) las 5 mejores heladerías de Buenos Aires. ¡Acompáñame!

De las Cordilleras a la Ciudad Luz del Plata

Antes que nada, el origen del helado en Argentina no empezó en las calles de Buenos Aires, sino en las alturas de las provincias andinas. Allí, las personas se refrescaban con “raspadillas” y “cremoladas”, postres hechos de hielo triturado y saborizado, sacado directamente de las cordilleras. ¿Qué tiempos de conexión con la naturaleza, verdad?

Sin embargo, fue en Buenos Aires donde el helado tuvo una historia más… digamos, “helada”. El hielo solo llegó a la capital en 1824. Fue traído por el italiano de Génova, Caprile, quien transportó bloques de hielo directamente de los Alpes italianos hasta Buenos Aires, envueltos en aserrín para que no se derritieran. ¡Qué viaje, verdad?! (literalmente)

Conquistando Buenos Aires, un Helado a la Vez

Antes que nada, es importante recordar que el helado comenzó a ser saboreado en los cafés de Buenos Aires alrededor de 1855. Eran tiempos de elegancia y tradición, con helado servido en copas largas, llamadas barquillos. ¿No es un lujo? Sobre todo, es sorprendente saber que incluso el antiguo Teatro Colón tenía refrigeradores para almacenar mil toneladas de hielo para suministrar a cafés y restaurantes.

https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Buenos_Aires_Teatro_Colon_2.jpg#/media/File:Buenos_Aires_Teatro_Colon_2.jpg

El Sabor de Italia en Buenos Aires

Sobre todo, debemos entender que toda esta influencia europea no llegó por casualidad. El verdadero helado argentino que amamos hoy fue traído con la inmigración italiana. Los italianos, principalmente, perfeccionaron el helado, que fue creado por primera vez en Sicilia e incrementado con crema de leche en el Véneto.

Nombres como El Vesubio, fundado en 1902 por Alfonso Cositore, y Saverio, creado por Francesco Saverio Manzo en 1909, son responsables por las dos heladerías más antiguas de Buenos Aires. Eran lugares con amplios salones para que las personas pudieran degustar sus productos. ¡Ahora imagina el encanto de todo esto!

Delicias Heladas: Las 5 mejores heladerías de Buenos Aires

Finalmente, ahora que ya has embarcado en la increíble travesía histórica del helado porteño, es hora de probar la Buenos Aires de hoy. En resumen, una ciudad llena de sabores helados que nos hacen viajar en el tiempo. Después de todo, ¿qué sería de la historia sin el presente, verdad?

Cada heladería de esta ciudad tiene un papel esencial en la perpetuación de esta dulce y refrescante tradición. Y es precisamente por eso que quiero compartir contigo mis heladerías favoritas de Buenos Aires. Así que prepárate para salivar y únete a esta travesía de sabores y texturas únicas. Descubramos juntos lo que hace al helado argentino un verdadero patrimonio cultural. ¡Agarra firme tu cuchara, porque allá vamos!

Lucciano’s | @luccianos_

Finalmente, llegamos a Lucciano’s. Este es un pedacito del paraíso helado que nos hace viajar en el primer bocado. Fundada en Mar del Plata por Daniel y Christian Otero, padre e hijo, esta heladería robó mi corazón (¡y mi estómago!) con una variedad de sabores que, mira, ¡es de otro mundo!

La cosa es tan seria que traen ingredientes desde Italia y chocolates de Bélgica para crear un gelato que no solo es delicioso, sino que te hace sentir el amor y cuidado que ponen en cada detalle.

Y oye, hay helado para todos, ¿sabes? Hay chocolates, dulces de leche, cremas, frutas, los más lujosos e incluso veganos. Pero si quieres saber cuál es mi favorito, ¡es el de mascarpone! Esta receta, super exclusiva, se hace en Italia con queso mascarpone y se combina con frutas del bosque de la Patagonia Argentina. Es algo surrealista, no se puede explicar, ¡tienes que probarlo tú mismo!

¿Qué tal un “vaso chico” de mascarpone?
Tuve que registrar la hermosa fachada de Lucciano’s

Y hay más: tienen estos polos de helado, los icepops, ¡que son súper divertidos! ¿Incluso con forma de Minion, puedes creerlo? Diversión garantizada para los niños y también para los adultos, porque vamos a admitirlo, ¡es irresistible!

¿Sabes qué más me parece genial? Lucciano’s comenzó como un hobby ¡y mira dónde ha llegado! Hoy tienen más de 50 tiendas en todo el mundo, incluso en Europa, Estados Unidos y Uruguay. Todo esto solo muestra que cuando hacemos las cosas con amor y dedicación, ¡el éxito llega! Así que ya sabes, ¿verdad? Cuando pases por Lucciano’s, prepárate porque es más que un helado, ¡es una verdadera aventura helada!

Una de las sucursales, esta en Palermo Soho: Honduras 4881, C1414 CABA, Argentina

Rapanui | @chocolates_rapanui

Justo después de la sesión de la Cámara de Senadores de Argentina, un micrófono que se quedó abierto dejó a Cristina Fernández de Kirchner en un momento muy despreocupado: “¿A qué hora cierra Rapanui?” La entonces vicepresidenta preguntó. El favorito de las personalidades argentinas no podía quedar fuera, con sus helados, chocolates y alfajores que han conquistado muchos corazones (el mío incluido…).

Imagina esto: estamos en el año 1948 y Aldo Fenoglio, un inmigrante italiano lleno de sueños y recetas deliciosas, decide abrir la primera chocolatería en Bariloche, nombrándola Tronador, como una de las montañas más hermosas de la región. La calidad y el sabor de su chocolate comenzaron a extenderse rápidamente por toda la Patagonia, convirtiendo la chocolatería en una parada obligatoria tanto para locales como para turistas.

Pero la saga no termina ahí, ni mucho menos. En 1996, Diego, Leticia y Aldo, todos herederos de esta deliciosa tradición, comenzaron a inyectar frescura e innovación en la receta de la familia, convirtiendo a Rapanui Chocolates en la mejor chocolatería del país. Sí, has escuchado bien: ¡la mejor del país!

Rapanui ofrece una increíble variedad de chocolates, desde el amargo hasta el semi amargo (con porcentajes de cacao del 60% al 90%), pasando por el chocolate con leche e incluso el chocolate blanco. Espera China, estás dando vueltas y vueltas y solo hablas de chocolate, ¿dónde está el helado? Tranquilos, pequeños saltamontes, los inteligentes dueños decidieron, en 2009, llevar esta pasión al mundo de nuestras maravillas heladas.

Y, sobre todo, tienen sabores deliciosos: los clásicos a base de crema son tan suaves y cremosos que sin duda querrás almacenar para toda la vida. Obviamente, la estrella de Argentina no podía faltar, ¿verdad? Por lo tanto, los sabores de dulce de leche son de una dulzura irresistible que, finalmente, conquistan cualquier paladar. Pero si amas la frescura de las frutas, como yo, te enamorarás de los sabores “frutales”, especialmente en una tarde de verano. Y, POR SUPUESTO, ¿cómo podríamos hablar de Rapanui sin mencionar los helados de chocolate? Cuando digo que estos sabores son maravillosos, ¡estoy siendo muy modesta! Es una experiencia cremosa y dulce a la que no podrás resistirte.

Y ya que estamos hablando de esta increíble marca, no podría dejar de mencionar este consejo. ¿Sabes cuál es el lugar para encontrar el mejor alfajor del mundo? Lo adivinaste, es en Rapanui.

Hablemos de un alfajor específico: el de dulce de frambuesas bañado con glaseado. ¡Ay, qué delicia! Este es un nivel totalmente nuevo de alfajor, creando una combinación perfecta que provoca una explosión de sabor que es simplemente divina. Y, sinceramente, para mí, este alfajor es una de las maravillas del mundo.

Pero si hablo de este alfajor, tengo que compartir una breve y trágica historia. Estaba yo, con Gil y Ananda, paseando por el Parque de La Memoria, un lugar hermoso y cargado de historia. Con la intención de disfrutar del paseo, llevamos una caja llena de alfajores de Rapanui. ¿Todo perfecto, verdad?

Nuestro paseo por el Parque de La Memoria momentos antes del “acontecimiento”

¿Adivina qué pasó? Sí, ¡la caja desapareció! En medio de nuestra admiración por el parque y envueltos por la historia del lugar, de alguna manera, perdimos la caja. Es trágico, lo sé. Todavía sueño con esos alfajores perdidos. En otras palabras, aprende de mi historia: siempre mantén los ojos (y el estómago) bien abiertos para tus alfajores!

Ve a Rapanui, pide helados, alfajores y chocolates y disfruta de cada sabor. Pero, por favor, ten cuidado de no perder ninguno de ellos. Créeme, cada pedazo vale la pena.

Una de sus diversas sucursales: Malabia 2014 Palermo Ciudad Autónoma de Buenos Aires 1425 AR

Isla Negra | @islanegrachocolates

Ahora vamos a navegar a otra isla del paraíso de dulces de Buenos Aires: Isla Negra. Situada en el vibrante corazón de Palermo Soho, esta heladería y chocolatería es una joya escondida entre calles bohemias llenas de arte callejero, boutiques con encanto y una energía relajada que te hace sentir parte del lugar al instante.

¡Un registro de nuestra visita allí! Observa el arte de Willy Wonka en la fachada ????

Imagina un lugar donde la tradición y la innovación se encuentran, produciendo sabores de helado que te llevan en un viaje gastronómico. ¡Eso es Isla Negra! Aunque el nombre del lugar indica la tradición en chocolates (y realmente son deliciosos), necesito contarte sobre lo más destacado de allí: el helado de dulce de leite, incluso uno de los favoritos de Gil.

Argentina es famosa por su dulce de leite, ¿verdad? Ponemos esta delicia en todo, desde churros hasta alfajores, y no es diferente con el helado. El helado de dulce de leite de Isla Negra es simplemente un espectáculo aparte. Hecho con todo el cuidado y la tradición que puedes esperar, el resultado es una experiencia única y aterciopelada que hace que tus papilas gustativas bailen de felicidad.

Lo que más me llamó la atención, además del maravilloso sabor del helado, fue el servicio súper amigable. Tuve la oportunidad de hablar con el maestro de chocolates y helados de allí, un chico que hace todos los productos de la tienda de manera magistral.

Por lo tanto, cuando estés paseando por Palermo Soho, date una vuelta por Isla Negra. Disfruta de la atmósfera relajada, prueba un helado (o dos, o tres, ¿quién está contando, eh?) y disfruta de cada bocado. Y no te olvides de hablar con las personas allí. ¿Quién sabe? Quizás también descubras la magia detrás de estas delicias.

Tienda única en: Gorriti 4485, C1414 CABA, Argentina

Gruta | @heladosgruta

Era 1977 y Héctor Ambieni comenzó a trabajar en esta encantadora heladería, Helados Gruta, ubicada en la bulliciosa avenida Sucre, casi abrazando la icónica avenida Cabildo, en Belgrano. En aquellos días, Belgrano estaba lejos de ser el bullicioso punto de encuentro que es ahora.

Lo más interesante es que Gruta no es solo una heladería, es una historia de familia. Héctor Ambieni, que había trabajado en varias heladerías en Buenos Aires, trajo su pasión y experiencia a Gruta. ¿Y adivina qué? Sus hijos, Silvana, Marcelo y Oscar, junto con otros parientes, continúan este legado de amor por el helado y por la atención acogedora.

Entrar en Gruta es como entrar en una máquina del tiempo. El lugar conserva la misma estética desde que abrió sus puertas, ¿y el helado? Es tan auténtico como se puede conseguir. Maquinaria antigua, helado extraído manualmente, este equipo realmente se aferra a la tradición, y créeme, puedes sentirlo en cada bocado de las más de 50 opciones de sabores.

Entonces me dices: “China, ¡es mucho sabor! Me he perdido con tantas delicias”, y estoy de acuerdo contigo, amigo mío… Pero por eso es que el nombre del blog es así, ¿verdad? ¡Coge tu libreta y anota! Marroc, Tramontana y Chocolate con Pasas al Ron.

Si eres fan del chocolate y del cacahuete, el Marroc te encantará. Es como si estuvieras mordiendo el famoso bombón argentino, ¡pero en versión helado! El Tramontana es para aquellos a los que les gusta una pizca de sorpresa. La base cremosa de vainilla se mezcla con dulces trozos de galleta y un delicioso caramelo crujiente. Por último, pero no menos importante, Chocolate con Pasas al Ron. Imagina el helado más cremoso del mundo, luego añade pasas suaves y dulces que han sido delicadamente empapadas en ron. Con cada bocado, tienes un toque de chocolate, seguido por la dulzura de las pasas, y luego, ¡bam! El sabor cálido y envolvente del ron.

Sí, ¡compartí mi secreto! Son los mejores, te lo garantizo. Sirven de forma extremadamente generosa, así que es bueno dejar un huequito(ón) reservado en esa barriguita.

El libro “Heladerías de Buenos Aires”, escrito por Horacio Spinetto y dirigido por Liliana Barela, tiene una relevancia histórica y cultural innegable, ya que fue publicado por la Dirección General Patrimonio e Instituto Histórico, importantes instituciones de preservación cultural de Argentina. Esta publicación da aún más peso y profundidad a la narrativa del libro, mostrando que las heladerías de Buenos Aires no son solo establecimientos comerciales, sino valiosos patrimonios culturales.

Uno de los aspectos destacados del libro es la sección “Heladerías barrio por barrio”, donde se presenta a Gruta como algo más que un lugar para disfrutar de deliciosos helados, sino como un verdadero monumento cultural vivo que permite a los visitantes sumergirse en la historia de Buenos Aires mientras disfrutan de sus creaciones heladas.

En resumen, la próxima vez que estés paseando por Buenos Aires y quieras saborear la historia local, paso a paso, o mejor dicho, lamida a lamida, asegúrate de visitar Helados Gruta. Estoy segura de que te encantará tanto como a mí.

Helados Gruta se encuentra en Belgrano: Mariscal Antonio José de Sucre 2356, C1428 CABA, Argentina

Tienta (Tienda de Helados) | @tientahelados

Ay, ay, mis amigos, la Tienta… O como se llamaba en la época de mi primera visita: Tienda de Helados. Este lugar, con sus encantos porteños y un festival de sabores, es una parada obligatoria en nuestra dulce Buenos Aires.

Ahora, siéntate que allá va la historia… ¿Recuerdan mi amor incondicional por el tramontana que mencioné antes? Pues sí, fue aquí, entre las acogedoras paredes de la Tienta, donde nació mi pasión. Y mira, echo de menos ese sabor todos los días aquí en Brasil. Otra sugerencia es de nuestra querida Ananda, que se enamoró del de pistacho, así que ya sabes, ¿verdad? ¡Pide sin miedo!

¿Hablamos del ambiente? Es como estar en la sala de estar de esa tía querida que siempre tenía un dulce en el bolso. Un toque moderno, pero con el calor y el confort de casa. Y aún tiene la guinda del pastel: tiendas repartidas por todos los rincones de la ciudad, cada una más invitante que la otra.

Cuando visitamos, aún se llamaba “Tienda de Helados”!

Pero, tengo que confesar algo. Si vas a la Tienta, te encontrarás con un sabor que es un hito argentino: el Sambayón. Y mira, voy a ser honesta contigo, como amiga. Mi experiencia no fue la mejor. Pero, ya sabes cómo es, para gustos los colores, y lo que puede no ser mi sabor preferido, puede ser tu próximo vicio helado. Así que te reto a probarlo y luego volver aquí para contarme qué te pareció. ¿Aceptas el desafío?

Conoce la “Tienta” del barrio Recoleta: ACB, Vicente López 1844, C1128 CABA, Argentina

Para mí, estas son las 5 mejores heladerías de Buenos Aires, ¿y para ti?

Por lo tanto, con el corazón lleno de amor y la boca llena de helado, te invito, en primer lugar, a embarcarte en tu propia aventura helada. Y recuerda, ante todo, que no hay mejor manera de explorar Buenos Aires que con una cuchara de helado en la mano.

Después de pasar este tiempo aquí, espero que, como resultado, te inspires para explorar las maravillosas heladerías de Buenos Aires. Quién sabe, tal vez encuentres, en medio de esta travesía, tu propia heladería favorita que aún no he descubierto. Si eso ocurre, comparte tu hallazgo en los comentarios de abajo. Me encantaría, en este sentido, escuchar tus experiencias y recomendaciones.

Y, por supuesto, si te gustó este artículo, no olvides compartirlo. Junto contigo, vamos a difundir el amor por el helado argentino.

Buenos Aires te espera, al igual que, tu helado también.

¡Hasta la próxima aventura gastronómica!

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